8 de septiembre de 2015

LA VERGONZOSA POLÍTICA ROLDANILLENSE.



No es lo mismo política que politiquería. De política habló Aristóteles en Grecia. De politiquería estamos muriendo nosotros aquí. Tenemos un estado secuestrado por las mafias politiqueras. Lo que aquí llaman política es una microempresa de unos pocos, en función de más pocos. Hay unos gamonales que se reparten los puestos con simetría clientelista porque sencillamente les parece que esto es de ellos. Los partidos tradicionales no son ahora focos de ideología, sino simplemente franquicias que se venden para dar avales a cuanto bellaco quiera mamar de la teta pública.

Algunas veces, un candidato independiente, que no hace parte de esas maquinarias tradicionales, logra vencerlos, y, si soporta los embates que dan los derrotados para empujarlos y volver a morder la teta,  se propician los pocos avances sociales que se han dado. Las pocas cosas que aquí han surgido para ayudar a buen vivir a la gente, han sido por la independencia que logra arrebatar momentáneamente el poder a los politiqueros. Así pasó en Bogotá con Mockus, Peñalosa y Lucho y Petro, que lograron quitarle el poder a los gamonales y gracias a ello la ciudad tuvo cierta clase de avance, que no la hicieron un sitio digno, pero sí menos insoportable. Igual pasó en Medellín con Sergio Fajardo y en unas pocas partes de la costa como Montería o Santa Marta.

Pero esa renovación política que se dio gracias a la independencia, no se ha logrado regar hasta el Valle del Cauca. Aquí las mafias de siempre, los politiqueros tradicionales se han sabido asir más fuertemente al poder, y han urdido maniobras para patalear y no ceder ante los aires de renovación. En el Valle del Cauca, nunca, durante los veinte años de elección popular de alcaldes y gobernadores, nunca, ha triunfado un mandato ciudadano. Nunca ha ganado el voto independiente y todos los gobernantes han sido elegidos por la maquinaria y el voto amarrado a punta de trasteos, tamales y tarimas para emborrachar a la gente.

Sólo una vez hubo un intento por arrebatar el poder a esas mafias de siempre. Un voto ciudadano se impuso, un voto de opinión que eligió a Gustavo Álvarez Gardeazabal como gobernador del Valle. Llegó solito, sin maquinarias, ni compromisos con los ricos. Por eso quiso hacer lo que le dio la gana.  Se fue a gobernar a Cali, con tulueños, imponiendo un programa de gobierno inclinado a los más vulnerables. Democratizó el presupuesto para la educación y la cultura; fortaleció las bibliotecas de todos los municipios; creó el programa “mazos” para becar a los estudiantes de provincia; duplicó recursos en asistencia alimentaria básica y trató de recuperar territorios del departamento prohibidos para el Estado, por la presencia de mafiosos o grupos armados. Fue la votación más alta en la historia de elecciones populares hasta entonces.

¿Qué hicieron los politiqueros del Valle? No iban a permitir un mandato ciudadano, mucho menos impuesto por norteños. Le dieron un golpe, lo tumbaron y lo metieron preso en un lío rarísimo de esculturas y narcos. Hasta ahí llegó el último intento de hacerse a un mandato independiente.

Por eso hoy día el Valle no tiene la renovación política de otras regiones. Por eso su crisis de liderazgo. Líderes jóvenes e independientes no hay. Aquí los dos políticos más importantes de la región son dos dinosaurios, dos mercenarios reconocidos por su voltearepismo y su carencia de escrúpulos para cambiar de bando. Dos muestras despreciables de que la política se puede hacer sin idearios, y limitándose a ondear al ritmo del mejor postor.

Esos dos son, Angelino Garzón y Roy Barreras. Angelino es una prostituta política que ha mostrado que puede alquilar su conciencia a quien mejor le pague. Posa de representante de las clases populares, y su vida misma es testimonio de ser el esbirro que limpia el saco de cualquiera que lo pueda comprar por un plato de lentejas. Por eso ha sido, militante de la unión patriótica, partido de izquierda, y después ministro pastranista, después gobernador polista, después diplomático uribista, después videpresidente santista, y ahora, que el uribismo le cerró la puertas, y que se agarró a la vicepresidencia a pesar de estar enfermo y no trabajar la mitad de su mandato, otra vez quiere más puestos, dizque apoyado por el partido de la U.

Roy Barreras es un mercenario más astuto, gestor de que la lagartería sin escrúpulos debe primar, y que los puestos pueden hacer que un buñuelo se voltee las veces que sea. Fue a su tiempo, galanista -que pedía guerra contra los narcos- después uribista pura sangre –que negociaba con los narcos y pedía bala para la guerrilla, mientras besaba la mano de Alvarito-  y ahora es santista pura sangre –que pide palomas de la paz para los subversivos y despotrica de Uribe-. Es amo y señor de varios presupuestos públicos y ha desangrado el Valle del Cauca a punta de dominar con politiquería Caprecom y la Unidad de Estupefacientes, por ejemplo.

Esos son los dos líderes más representativos del Valle, los que han llegado más lejos desde los tiempos de Sanclemente,  el último presidente natural de estas tierras, entrando el siglo 20. Dos parásitos de los puestos públicos que toda su vida se han mostrado como grandes travestis de la política siempre dispuestos a ponerse al servicio del que mejor les pague.

Y lo que es en política en el Valle del Cauca, lo es en pequeño, y en reflejo a escala, el municipio de Roldanillo. Este pueblo es la muestra en micro de la podredumbre que es el Valle en macro. Aquí también gravita un nido de inmundicias que pretende ser gobernado por un enjambre de rameras políticas.

Por eso soy un “ningunista” para estas elecciones a alcalde. Porque sus candidatos todos, son la viva muestra de la gazmoña y el hampa que se tomó la política local. La mafia y la maquinaria que entiende la política como un juego de intereses donde los gamonales pagan para llegar al poder, y después cobran. Por eso ahora mismo en Roldanillo no hay elecciones, sino solo una puja; una puja donde gana el que más pueda gastar. El que paga para llegar, llega para pagar. Y así está pasando aquí. Se están repartiendo lo público para pagar todos los favores de los particulares que quieren empotrar a alguno de estos travestis políticos en la alcaldía.

Basta mirar sus candidatos y hacer un mero sondeo de memoria. En primer lugar tenemos al señor Jaime Ríos, que ya ha intentado dos veces ser alcalde. Que era conservador pero ahora se lanza por la ASI –el travestismo presente- que fue administrador del Hospital local y por tanto, corresponsable del desastre que hoy día es la atención en salud en el municipio. Que saqueó ese institución de salud hasta dejarla como quedó, sin empacho y haciendo ridículos monumentales para despistar pendejos y abrir el grifo del presupuesto público. Como por ejemplo, para recodarle sólo uno, la famosa sala de cuidados intensivos que se abrió cuando él disponía ahí en ese hospital, y que no duró ni 6 meses, para tener que cerrarse y desviar los millonarios recursos que se invirtieron y que terminaron en algún saco roto. Es un lagarto tradicional, que conoce las ramplonerías de la politiquería desde hace mucho tiempo, y que quiere aferrarse al poder en nombre de esas prácticas rancias de los que piensan que el bien público es la suma de los males privados. Si él es la renovación y el cambio de la política tradicional en el pueblo, entonces Roldanillo no está atrasado 200 años en la historia, sino quizás todo un período jurásico, porque esta figura es un fósil, fiel exponente de las razones que hundieron al Valle del Cauca.

El otro en la lista es Henry Arcila. Conservador. El partido más nocivo en la historia de Colombia. Responsable de las 23 guerras civiles del siglo 19, de la de los mil días del siglo 20, y de los 300 mil campesinos muertos a machete en la época que ahora le llaman La Violencia de mitad de siglo. Responsable del bombardeo a Marquetalia que convirtió a unos campesinos defendiéndose en lo que después sería esta guerrilla y sus crímenes.

Arcila es lagarto de especie nativa que ha sabido escalar hasta ser secretario departamental y representante a la Cámara. Tapando escándalos en el camino, como por ejemplo, para recordarle sólo uno, el contrato millonario que fraccionó siendo secretario en la gobernación del Valle, para partirlo en varios contraticos y quedarse con la plata de la educación de los más pobres.

Una canallada por la que la Procuraduría, en primera instancia lo condenó a varios años de inhabilidad, pero que, misteriosamente, en segunda instancia, después, -por obra y gracia del espíritu nauseabundo que hoy día corre en la Procuraduría- se la bajaron a meses. Lo que dejó al final, que por los más de tres mil millones que se iban a perder en esos contratos, se bajó la sanción inicial de quince años, a cuatro meses. Cuatros meses fue lo que pagó el señor Arcila! En vez de castigo lo que terminó teniendo fue unas merecidas vacaciones.

Sin embargo, y a pesar de su prontuario, y de llevar años y años en la práctica de la politiquería rancia tradicional, ahora dizque es el cambio, el hombre de las ideas nuevas que va a sacar a Roldanillo del mismo atolladero en que él y su partido lo metieron. Es hijo de un gamonal político que también fue burgomaestre, y por ese atavismo que los políticos aquí tienen, cree que tiene el derecho divino a heredar ese trono, con las mismas prácticas ramplonas de su progenitor.

Hablando de príncipes herederos de la gazmoñería. Ahí tenemos al otro candidato delfín, pichón de buitre. El señor Escarria, hijo también de un ex alcalde, y de filiación conservadora a pesar de que ahora, por arte y magia del travestismo, se puso el taparrabos para posar de indígena y lanzarse por MAIS.

Fue funcionario de esta administración, en su área más polémica y desastrosa. La infraestructura. Por tanto, culpable y cómplice del exabrupto de los puentes. La obra más ridícula y la peor sinvergüenzada en temas de dineros públicos que ha tenido que ver el pueblo. Con unas obras que llevan dos alcaldías, y que no se han podido terminar adecuadamente, dejando a su paso millones de plata pública mal invertida y derramada por el sifón de la corrupción. ni que hablar de la segunda reforma que testarudamente se empeñaron en hacer, al ya reformado parque principal. El cemento para tapar los estraperlos. Ya se enteró él para qué sirve la infraestructura, para los contraticos que dejan una obra mal hecha y cara donde todos ganan menos la gente.

Por último, en la lista de especímenes, tenemos a las dos candidatas de la continuidad. Las que prometen seguir con las políticas de esta actual y nefasta administración que dejó a Roldanillo entregado al crimen –el económico de los pequeños ladrones, y al clientelista, de las grandes ratas de corbata-, endeudado y con sus principales entidades en salud y educación, quebradas, mientras se gastan millones en arreglar un parque ya arreglado hace apenas dos alcaldes.

Ellas son dos mujeres tan anodinas que no merecen ni nombrarse, y que prometen fidelidad a continuar las políticas de este alcalde. Tanta o más fidelidad que la que le guardaron en su hogar. Pues el único mérito con el que se pretenden postular las dos es el haber compartido catre con el actual alcalde. No hay más para destacar en su trayectoria, sino la eterna sumisión que busca la bendición del actual alcalde para que les preste la chequera del municipio y por la vía de repartir asistencias con plata pública se puedan asegurar el puesto que invierta los papeles y lo vuelva a él primer damo.

Ambas avaladas por partidos tradicionales como Cambio radical y el partido de la U. Expertos en dar avales a quien lo necesite, desde parapolíticos, narcos, hasta amantes fieles. Ambas pregonan abiertamente su amistad cercana con los reyes del travestismo como Roy Barreras o Diliam Francisca, quien se va a pasar más tiempo en la Fiscalía, que gobernando.

Con semejante nómina de candidatos. La conclusión es sólo una. En Roldanillo estamos eligiendo al mismo, con varias caras. No son varios candidatos porque encarnan la misma maldición. La de la politiquería tradicional, la de la derecha pura y dura que nunca ha entregado el poder porque piensa que es suyo, gobernando para pagar favores privados y hacerse millonarios. Son lo más rancio de la política local. Son parte de las mismas heces y lo único que se va a elegir en las próximas elecciones, es el turno en el que los buitres van a llegar a repartirse las vísceras, que es lo único que queda hoy día del Valle del Cauca y lo único que dejaron de Roldanillo después de años de saquearle su vida. No contentos con eso, no contentos con haber ya desangrado al pueblo, ahora pelean por repartirse su cadáver. Dan asco, y los que voten como borregos, esperando favores y puestos y parte del muerto, pasan a ser cómplices. Abogo por el voto en blanco.

 

 





  
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