En el municipio de Girardota el panorama sigue
siendo terrible, y conforme se acerca la hora de los comicios, se vienen
conociendo más y más decisiones polémicas tomadas por el advenedizo registrador
municipal, que reemplazó de manera tan polémica al castigado anterior registrador, doctor Gómez.
El tema ahora es el siguiente: Para que las
personas invidentes, y semejantes, puedan votar, la norma permite, a través del
artículo 16 de la ley 163 de 1994, que dada su limitación, puedan sufragar ayudados por un acompañante que esté con ellos en el cubículo de votación.
Y de igual manera,
la Corte Constitucional, en sentencia T 473
de 2003, aclaró que ese acompañante que ayuda a las personas invidentes para
votar, debe ser una persona escogida libremente por ellos, pues debe ser
alguien de la entera confianza del votante, y nadie puede imponerle a un
desconocido como acompañante. Así dice textualmente esta sentencia:
“ La Corte no
solamente avaló la constitucionalidad de la disposición censurada, sino que
además… abrió la posibilidad para que
de una manera verdaderamente libre, el votante invidente que se encuentre en
las condiciones establecidas por la norma, pueda escoger, de acuerdo con su
voluntad, la persona de su entera confianza que lo acompañe en el ejercicio de
este derecho constitucional fundamental.
Esta Sala encuentra
que no se vulnera la calidad del voto secreto por el sólo hecho de
que una persona acompañe al votante invidente para que pueda ejercer este
derecho, dado que es razonable que si el mismo sufragante lo escoge libremente,
es porque confía plenamente en ella dadas sus condiciones personales o
profesionales, ya que es precisamente su idoneidad para tal efecto lo que lo
convenció libremente de que fuese su acompañante.”
Las normas son
claras entonces. En todo lado, menos en Girardota. Pues aquí, en una decisión
insólita, como las que ya nos tienen acostumbrados, el nuevo Registrador ha
decidido que el próximo domingo, las personas invidentes, sólo puedan votar con
un acompañante escogido previamente por el mismo registrador, un auxiliar
bachiller puesto a dedo. Por tanto, los votantes invidentes no podrán escoger como
acompañante para votar a una persona de su entera confianza, como lo manda la
ley, sino que la misma registraduría les impondrá el acompañante que los
asesore al momento de sufragar.
¿Cuál es la razón
para que se contradigan las normas? ¿Por qué quieren imponerle, a la fuerza, un
acompañante desconocido a las personas invidentes a la hora de votar? ¿Garantiza
esto trasparencia? Si los invidentes no pueden votar con un acompañante de su
confianza, al que ellos elijan, ¿podría esto prestarse para favorecer a algún
candidato? ¿A cuál? ¿Al candidato oficialista?
Por hacer esta clase denuncias he sido objeto de toda clase de ataques. Y he sido aludido en los discursos incendiarios de tarima pública, del candidato oficialista, Vladimir Jaramillo, como queriendo incitar a la multitud a que tomen alguna clase de retaliación contra mí, por atreverme a hacer estas preguntas incómodas. Debo hacerlo responsable a él, y a sus amanuenses, de mi seguridad.
Y debo también advertir que las preguntas incómodas no van a parar. Pues debo preguntar, una vez: ¿Se viola la ley, porque quieren ganarse en los escritorios lo que no pueden ganar en las urnas? Sólo queda preguntar, para que nadie conteste.
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