3 de diciembre de 2009

NO BESARÁS


La administración de la Villa del Aburrá, en Medellín, ha prohibido los besos entre quienes transiten por allí. Según dicen, sólo se busca evitar las obscenidades públicas. Pero el asunto de decidir dónde termina un beso y empieza una obscenidad, va a quedar en las sabias manos del celador y los policías, con resultados predecibles, conociendo su congénita tendencia al atropello. Se olvida que el Código de policía de Antioquia ya sanciona con multas y contravenciones los escándalos y exhibicionismos. Basta con arrestar a los infractores. No se entiende a cuento de qué se tiene que normar esto en una unidad residencial.

La represión al beso ya estaba en las torres de Bomboná y en el parque de pies descalzos, donde además, para estar seguros, se instalaron discretas cámaras en los alrededores. Queda claro, Medellín se acaba de unir a éste, el año internacional de la cruzada contra el beso. Pareciera haber sido producto de una avanzada de alguna milicia moralista clandestina, con células y conspiradores en todo el mundo, unidos bajo el firme propósito de exterminar al beso.

En febrero de este año se prohibió besarse en algunas estaciones de tren en Londres y Chicago. Y en marzo, los maniáticos conservadores de México, prohibieron por ley los besos públicos en Guanajuato. Muestra de las demencias a que puede llevar la pudibundez sexo maníaca. En junio, las cárceles de Santa Cruz, en Bolivia, siguieron el ejemplo y prohibieron los besos en sus instalaciones, como medida preventiva ante el extraño virus ah1n1, el cual, sospecho, pudo tratarse en realidad de un arma biológica expandida en el mundo por esta milicia antibesos. -Por algo el virus también vino de México, ¡quizás incluso de Guanajuato!- Y recuérdese que el miedo al contagio de la porcina motivó prohibiciones de besos en sitios públicos a nivel mundial.

La administración de la Villa de Aburrá acaba de integrarse a esa milicia mundial antibesista. Y nada pueden hacer las autoridades porque están muy ocupadas combatiendo el terrorismo internacional.

Con todo, este año también tuvo resistencia ante la prohibición del beso. Hace poco, en Berlín, como aniversario de la caída del muro, se repintó una nueva versión del famoso grafiti del artista Dimitri Vrubel, titulado El beso. Dos ancianos a gran escala, en un beso apasionado: Leonid Brejnev y Erich Honecker, presidentes de Rusia y Alemania en la época. Homosexualismo y política. Lástima que grafitis como esos ya no se puedan hacer en la Villa de Aburrá.

4 .:

Anónimo dijo...

jeje, loco

evelyn dijo...

Muy interesante, no tenía ni idea de que ahí uno no podía demostrar sus afectos apasionados en público, me dan ganas de ir e infringir la ley para ver que pasa.....jejejeje...

Bayron dijo...

evelyn, a mi también me encanta violar las normas y otras cosas. Avisame si te apuntas, te acompaño.

Anónimo dijo...

Oportuno citar a Lennon: "Vivimos en un mundo donde nos escondemos para hacer el amor …

… aunque la violencia, se practica a plena luz del día."

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